Colección instagram Nº 2



― ¿Estás listo?

― No

― Hace poco lo estabas, ¿qué ha cambiado?

― Algo. No lo sé. 

― Antes de dar el paso, debes estar seguro.  Corres el riesgo de vagar para siempre como tantos otros.

― ¿A qué te refieres?

― Lo sabes. No busques respuestas en mí, esa responsabilidad es solo tuya.

Calló. 
          
 ―Nada me ata aquí, he perdido todo. 


De nuevo, sin poder evitarlo, flashes de lo sucedido lo invadían con violencia: Conducía. Ella estaba a su lado.

« Rebeca»

Discutían. Luego cristales rotos, humo y dolor. Una mirada, una certeza: muerte.

« ¡¡ Rebeca no!!»

Sirenas, luces, ruido. Una Barriga, caricias, llanto desconsolado. Voces ajenas que le hablan entre el caos.

« ¡¡Tú también no!!»


― ¿Has decidido ya? – le interrumpió aquella voz― No podemos esperar más.

― Sí. ― respondió con voz temblorosa entre lágrimas ― Es hora. Vamos.

Una sonrisa asomó en el rostro de su interlocutor.

La puerta se abrió. Seguro por fin de lo que hacía, avanzó decidido.

Apenas la oyó cerrarse tras de sí, creyó oír lo que parecía el llanto de un bebé.

Su corazón se paró de golpe. Miró alrededor desesperado buscando respuestas que no encontró.  Se giró: estaba cerrada.

Intentó abrirla sin éxito.

             ― No hay marcha atrás― le dijo la voz.

               Quiero volver

             ― Es imposible, lo sabes. Ahora estás aquí. Tú tomaste la decisión, pudiste quedarte allí.

Rompió a llorar.

            ― Es imposible saber cuándo,  pero el vendrá aquí y tú le vendrás a recibir. Como he hecho yo.

            ― ¿Tu? – preguntó extrañado

            ―Yo, ¿No me recuerdas?

Lo miró con extrañeza. Se dio  cuenta al poco: en ese lugar la vista carecía de sentido. Todo era diferente...A medida que sus sentidos se aclimataban y se difuminaba la pátina que cubría aquel desconcertante lugar, un rostro se perfilaba cada vez más nítido enfrente de él.

Sonrió emocionado.

             ― ¿Papá?―  dijo con la voz quebrada.

             ― Me alegro de verte al fin―  cogió su mano entre las suyas y las besó con ternura― Es el momento de irse. ¿Vamos? Tu madre y tu mujer te esperan.


Avanzaron entrelazados, alejándose para siempre, de la frontera marcada por aquella puerta.



 *La Frontera *

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